Aldea de Caserones

Los antiguos tarapaqueños combinaron la vida aldeana con sus antiguas prácticas de movilidad e interacción. La aldea de Caserones, en la quebrada de Tarapacá, es un buen ejemplo de ello. Allí se han encontrado abundantes restos de mariscos y peces, así como también artesanía confeccionada con conchas y espinas. Sin duda, una evidencia de las conexiones costeras de sus antiguos habitantes, que también eran hábiles artesanos en textilería, cestería y cerámica.

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